Un viaje a otro mundo llamado Lanzarote
Lanzarote no responde a la típica imagen de isla paradisiaca que solemos tener en la cabeza, pero no por ello es menos mágica. Su suelo negro ya adelanta un escenario lunar, como si su orografía no fuera de esta tierra. Y será justo aquí donde encontrarás el oxígeno que necesitas, esa bocanada de aire fresco que trae su peculiar naturaleza de contrastes y sus muchísimas actividades. La isla canaria promete una escapada a otro planeta, ¿te atreves?
Aunque no supera los 800 kilómetros cuadrados, en ese espacio Lanzarote combina como nadie paisajes vírgenes con modernas instalaciones turísticas. De hecho, además de haber sido declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1993, también en 2015 fue el primer destino a nivel mundial certificado por ‘Biosphere Responsible Tourism’. ¿Y qué ofrece esta tierra? Espacios naturales, playas de arena blanca, dorada y negra, actividades deportivas al aire libre, lugares de descanso, centros culturales y de arte y una tradición gastronómica y vinícola deliciosa, entre muchas cosas.
Seguro que si te decimos Parque Nacional de Timanfaya puedes hacerte una idea de lo que te espera. Resultado de las erupciones volcánicas acaecidas entre 1720 y 1824, es el único parque nacional de la red española de carácter geológico. Aunque aquí la vegetación brilla por su ausencia, las siluetas volcánicas, su costa abrupta o la variedad de su paleta de colores lo hacen único. Sin duda, una parada obligatoria en tu viaje.
Como el verano también es sinónimo de playa, y por suerte aquí el verano dura prácticamente todo el año, en Lanzarote encontrarás hermosos arenales que te atraparán. La playa de Las Cucharas es una de las más visitados de Costa Teguise, ya que se ha postulado como destino clave para los amantes del windsurf y el buceo. Playa Blanca, que ha cedido su nombre a uno de los principales centros turísticos, mezcla en sus aguas todas las comodidades con ese sabor marinero de su puerto. Si viajas con los más pequeños, te recomendamos Playa Dorada, con aguas tranquilas para disfrutar con ellos a lo grande.
La isla también ha sabido enfocarse al arte y a la cultura, y prueba de ello son sus Centros de Arte, Cultura y Turismo. Aquí debemos empezar señalando que Lanzarote no sería Lanzarote sin la arquitectura de César Manrique. Los Jameos del Agua, por ejemplo, es una de sus obras claves, además de la primera. Construido en un túnel volcánico, es la perfecta simbiosis de naturaleza y la huella humana, donde el contraste de colores no deja indiferente a nadie. También podrás deleitarte con su arte en el Mirador del Río, la Cueva de los Verdes, el Jardín del Cactus, el Museo Internacional de Arte Contemporáneo o en la Fundación César Manrique.
Si, además, eres un apasionado del deporte – o quieres aprovechar para mover las piernas- en Lanzarote encontrarás un sinfín de opciones, desde actividades acuáticas como surf, windsurf y buceo (Playa Chica es el lugar ideal para realizar una inmersión inolvidable), hasta rutas en bicicleta por senderos rebosantes de naturaleza y excelentes campos de golf en Puerto del Carmen y Costa Teguise. Aunque ya sin tanta adrenalina, un paseo por La Geria es todo un acierto.
Como nos gusta recordar siempre, la isla también es un paraíso para los amantes del buen comer. Su gastronomía destaca ofreciendo platos sencillos que combinan la herencia española, sudamericana y guanche, con carnes de calidad, pescados frescos y excelentes verduras. No obstante, debemos hacer hincapié en sus quesos y sus vinos. Los locales han aprovechado hasta la última gota de su climatología adversa y las arenas volcánicas para elaborar su vino Denominación de Origen. ¿Y qué mejor manera que degustarlo que en una de sus bodegas?
Como ves, las razones para descubrir Lanzarote son más que numerosas y estamos seguros que, una vez allí, descubrirás otras tantas. Lo verás, esta isla es de otro planeta.
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