La mejor vacuna la tienes tú

Hoy te vamos a contar la historia de Ernest Francis.

El 31 de mayo de 1916 tuvo lugar la batalla naval más grande de la Primera Guerra Mundial:

La batalla de Jutlandia.

Se enfrentaba la Gran Flota de los británicos con 151 buques y la Flota de Alta Mar alemana, con 99 buques.

Una de las primeras bajas fue el crucero de batalla HMS Queen Mary con una tripulación de 1275 hombres a bordo.

Tras dos bombazos de los alemanes el buque comenzó a arder.

Uno de los marineros, un tal Ernest Francis, dijo a sus compañeros que lo mejor era tirarse al mar.

Pero sus compañeros pensaron que era un paranoico:

«¿Estás loco? Este buque aguantará lo suficiente. Estamos más seguros aquí que dentro de esas frías aguas», le dijeron.

Pero Ernest lo tenía claro y se tiró al agua.

Pocos minutos más tarde, el Queen Mary explotó de nuevo, y Ernest se sumergió debajo del agua para no ser alcanzado por la onda expansiva. 

Al volver a la superficie, Ernest vio cómo el Queen Mary se partía en dos, y como se hundió en tan solo 90 segundos. 

Pero, aún no estaba a salvo.

Para nada. 

Como el Queen Mary pesaba más de 32 000 toneladas, a pesar de encontrarse casi a 500 metros del buque, Ernest sintió los tremendos efectos de la succión del mar.

El mar, como si se tratara de una aspiradora mega-poderosa, lo chupaba hacía abajo.

Primero se le llevó los zapatos, luego lo pantalones y al final a todo su cuerpo.

Se lo llevó más y más y más al fondo.

Pero Ernest sobrevivió.

¿Y?

A ver …

… lo que estamos viviendo estos días todos los que amamos esta profesión de agente de viajes a lo mejor no es tan duro como el sufrimiento que tuvo que pasar Ernest Francis aquella noche del 31 de mayo de 1916.

Pero la sensación de angustia se le debe parecer mucho.

Aquí no luchamos contra poderosos buques de guerra, sino contra un maldito «bichito» que está haciendo tambalear los cimientos de todas las economías del mundo.

Mira.

Hasta que los científicos no puedan ofrecer a la humanidad la vacuna adecuada para controlar al «bichito», la única vacuna válida es la que tú mismo tienes a tu disposición: tu poder de decisión.

Puedes decidir seguir viviendo tu vida como si nada pasara.

O puedes decidir quedarte en casa y demostrar que no solo eres un magnífico profesional, sino que también eres una persona socialmente responsable.

Haz como hizo Ernest Francis.

Toma la decisión correcta.

Tú mismo.

#YoMeQuedoEnCasa

La semana que viene, más y mejor.

¡¡Muchos SmyAnimos!!

P.D.: Ha sido probablemente la peor semana de nuestras vidas profesionales, pero no hemos querido faltar a nuestra rutina semanal.

Queremos aprovechar para pedirte disculpas por los errores que estemos pudiendo cometer a la hora de tramitar incidencias, dar respuestas inadecuadas o tardar un tiempo excesivo a la hora de ayudarte.

Estamos seguros que comprendes lo excepcional de la situación y que sabrás perdonarnos y por supuesto no tengas dudas de que una vez se haya conseguido normalizar la situación se regularizará todo aquello que sea necesario y nos corresponda.

Nuestro principal objetivo ahora es superar esta batalla y para ello es fundamental la unidad de todos. Por favor, que no te quepa la menor duda que estamos dando el 200% de lo que llevamos dentro para ayudarte a que tu angustia y sufrimiento sean lo menores posible.

Muchas gracias por tu apoyo y confianza