Volver a la casilla de inicio

Margaret Mead fue una antropóloga americana que dedicó gran parte de su vida al estudio de civilizaciones primitivas.

Un día, un alumno le preguntó cuál consideraba ella que era el primer signo de civilización en una cultura.

Imaginamos que el estudiante esperaba que Mead hablara de vasijas de barro, de pinturas rupestres o de artilugios de caza.

Pero no.

Para Mead, el primer signo de civilización en una cultura antigua era un fémur que se había roto y luego sanado.

¿Cómo?

¿Un fémur roto que sana?

Pues si.

En el reino animal, si te rompes una pierna, mueres.

No puedes huir del peligro.

No puedes esconderte.

No puedes buscar comida.

De hecho, la comida eres tú.

Eres carne de otras bestias que merodean y acabarán con tu vida.

Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane.

Así que un fémur roto que se ha curado dice mucho.

Es evidencia de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con el que se cayó.

Le ha atendido y protegido.

En definitiva, le ha ayudado a recuperarse.

Por eso Mead lo tenía claro:

Ayudar a alguien en sus dificultades es el punto donde comienza la civilización.

¿Y?

A ver …

… vivimos tiempos de turbulencias a nivel mundial.

El bichito que no se ve, ha modificado, de repente y casi sin darnos cuenta, los hábitos de miles de millones de personas en todo el mundo.

La gente habla de derechos, pero muchos olvidan que no puede haber derechos sin deberes.

Si, los europeos tenemos un derecho de libre circulación de personas por cualquier estado miembro de la Unión Europea.

Si, los pasajeros tienen derecho a que las compañías aéreas reembolsen los importes de los vuelos que se han tenido que cancelar por culpa del bichito.

Si, los consumidores tienen derecho a que el organizador de un viaje combinado reembolse los importes si el viaje se ha visto modificado sustancialmente (como ocurre con los viaje afectados por el bichito).

Si, tu casero tiene derecho a cobrarte el alquiler del local donde tienes la agencia.

Si, el hotelero tiene derecho a exigirle al cliente que pague los gastos de cancelación de una reserva cancelada por miedo.

Si, en la civilización actual la mayoría gozamos de muchos derechos que nos ha costado siglos conseguir …

… y a los que nos cuesta mucho renunciar.

Pero ahora es el momento de volver a la casilla de inicio de nuestra civilización.

Es hora de ayudarnos unos a otros.

Es hora de recordar que es muy fácil perder todos nuestros derechos sino hacemos lo que debemos.

Así que ya sabes.

#QuedateEnCasa

La semana que viene, más y mejor.

¡¡Muchos SmyÁnimos!!

P.D.: Parte de esta historia es una adaptación de un texto que aparece en el libro «La mejor atención posible: la búsqueda de un médico para transformar la atención hasta el final de la vida» (Avery, 2012) del Dr. Ira Byock.